Pitbull Dogo Argentino


El dogo argentino es una raza canina, creada por el médico argentino Antonio Nores Martínez, buscando un animal adecuado para la caza mayor de especies habituales en Argentina, tales como jabalíes, pecaríes, pumas y zorros colorados. Se considera representante de el Bullenbeisser junto con el alano español y es parte del grupo Generación Bullenbeisser.
El dogo argentino es la única raza canina que ha sobrevivido de las que fueron desarrolladas en la Argentina (véanse al pie las dos razas extintas). Su creador, el Dr. Antonio Nores Martínez, la definió como: «el mejor perro entre todos los perros de presa y el de más presa entre todos los perros del mundo».

En la década de 1920, Antonio Nores Martínez (ayudado por su hermano Agustín, su padre Antonio y tíos) decidió crear una raza de presa que reuniera las mejores cualidades del perro de pelea cordobés, pero con unas dimensiones y una fuerza física superiores. Además, se propuso lograr un perro que tuviese aptitudes para la caza en jauría, especialmente de jabalíes, pero que fuese capaz de batir o parar él sólo a la presa en combate hasta la llegada de su amo o el resto de la jauría

Antonio utilizó como base al "perro de pelea cordobés", una mezcla de razas introducidas en la Argentina por los residentes ingleses, bull terrier y bulldog, con razas que habían traído los españoles, alano español y mastín español. A estas cruzas, que resultaban imbatibles en las peleas de perros, Antonio le sumó líneas de sangre bull terrier y Mastín del Pirineo. Así, en la decimotercera generación, Antonio se dio cuenta que había creado una "máquina de guerra" perfecta, un perro de combate invencible. Los perros blancos de Antonio se hicieron famosos pues ningún otro perro podía vencerlos en los rings. Se crea así la familia Araucana. Luego Antonio se propuso legalizar el perro que había creado, porque los combates, pese a ser su pasión, estaban prohibidos en todo el mundo. Por otra parte, le fascinaba la idea de poder cazar directamente con un perro que levantara, siguiera y capturase la presa. La familia Araucana no servía para la caza debido a que eran muy agresivos entre si, muy pesados en relación a su altura y carecían de olfato. Entonces Antonio introdujo sangre Pointer, creando la familia Guaraní. Estos dogos mantenían el espíritu luchador de la familia Araucana, pero eran más resistentes para perseguir la presa, tenían mejor olfato y se podía lograr que no se pelearan.
Transcurrieron varios años de cruzamientos, selecciones y adecuada gimnasia funcional hasta que hacia finales de la década de 1940, Antonio logró consolidar al dogo argentino actual, reconocido como el perro de caza mayor por excelencia.

Es un perro muy resistente y robusto, de estructura maciza y musculoso en todas las partes del cuerpo, insensible al dolor, capaz de combatir con animales más grandes que él y matarlos. Con la capa completamente blanca, para distinguirlo fácilmente en el monte, el Dogo Argentino se diferencia de los otros perros también por su comportamiento: ladra raramente, casi como para no querer hacer notar su presencia, pero cuando ataca, es demoledor.
La cabeza es grande con cráneo macizo. Hocico ligeramente cóncavo, con labios finos que al morder y atrapar a la presa permiten, sin embargo, que el dogo siga respirando. Los ojos de color pardo, bien separados entre ellos. Orejas erguidas o semierguidas, triangulares y cortadas. El cuello es poderoso, arqueado y grueso. El pecho es ancho y profundo. La línea dorsal muy alta en los hombros que luego se inclina hacia la cadera. Las extremidades son rectas, con muslos musculosos, cornvenjones cortos, dedos unidos y cortos. La cola es larga y gruesa. El macho debe medir entre 60 y 66 cm, y la hembra entre 60 y 62 cm; de peso el macho debe ser de entre los 48 a 54 kg, la hembra 45 kg. El manto siempre blanco, y sin manchas, las pigmentaciones no son deseadas. El dogo argentino es un atleta, por lo cual se lo debe mantener liviano y ligero y no con tendencia a obesidad.




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